Saturday, August 25, 2007

El G3

El G3

Hace un par de días se reunió el G3, como uno de los miembros lo definió, y a mí me resultó perfecto.

Somos el G3, amigos, casi hermanos, tan iguales y tan diferentes. Tan incomprensibles, tan nosotros tres.

Intereses sobre la guerra, no, más bien sobre la paz, y por lo tanto, la atención a los conflictos internacionales (que aún no sé si era por no atender a los personales), las políticas exteriores y la economía mundial nos unieron intelectualmente.

Afecto desmedido e incondicional (que es una virtud entre nosotros y un mal cuando se lo damos a ajenos) nos unieron personalmente.

Pasaron muchos años desde que éramos jóvenes que lo podíamos todo. Tampoco es que seamos los más viejos. Pero 10 años cambiaron nuestro perfil. Eran días en que nos comíamos el mundo, amábamos de todo corazón, nos pegábamos una y otra vez … y teníamos tanta, pero tanta energía; que seguíamos sin parpadear un minuto.

Si un día pierdo la memoria (y toco madera que hay en el escritorio desde dónde escribo) ellos dos, podrían reconstruírmela. También si un día pierdo el corazón, podrían re armarlo. (¡Ups! ¡Eso es una actividad diaria!).

Hoy nos duele; en general todo; mucho más, pero creo que cada uno, a su manera estamos buscando cómo curarnos, solos.

Si embargo, al final del día, sus palabras: me regañan, me motivan, me entusiasman, me preocupan, me ubican. Es como que pudiera sacar mi voz de mi cabeza y ponerla en alguien más. Yo no sé si quien lea estas palabras tenga ésa suerte. Yo tengo el regalo de dos voces, que suenan a mí, sin estar en mi cabeza, (con la enorme ventaja de que suenan a mí en mis momentos sensatos).

Fue increíble encontrarnos en un lugar de recuerdos y hablar como si nos viéramos cada día de nuestras vidas. Será porque cada día están en mi corazón.

Por momentos la evaluación y recuento de daños no sale como quisiéramos, será que los sueños estaban altos, que recontamos pronto, que nos volvimos exigentes, o que simplemente no tuvimos tantas fuerzas. La verdad es que no lo sé.

Creo que ahora somos más precavidos, cautelosos, y ¡sí! También más miedosos. El miedo no sé si porque los riesgos son mayores, los pasos a tomar más importantes, o que simplemente lo calculamos mejor que cuando todavía no teníamos credencial de elector.

Es que estamos en unos días en que queremos ser adultos-serios-responsables y calcular antes de decidir, y también queremos ser jóvenes-divertidos-intrépidos; habremos de ser los dos, sólo estamos aprendiendo a saber cuándo cada cosa.

Mientras tanto, lo mejor de ustedes, de nosotros. Aquello por lo que estoy profunda y sinceramente enamorada de éstos, mis dos grandes amigos; es porque aún cuando el mundo, el desarrollo profesional, otros amigos y lo amores me pidan que sea yo, fuerte, entusiasta, atrevida, prudente y enérgica; al final del día y al principio también, cuando quiera no ser nada o nadie, sólo yo, o cuando quiera ser enfadosa, llorona, chiqueada, berrinchuda, temerosa, soñadora y frágil estarán ustedes, que me amarán porque saben que soy un conjunto interminable de adjetivos, de virtudes y defectos, que se van cada minuto mostrando en diferentes intensidades y formas, y todas… En serio. ¡Todas! Las entienden, aunque no las justifiquen.

Por darme consejo, lo tome o no, por confiar cuando yo les doy uno, lo acepten o no, por los miles de días en que digo que quiero estar sola, y eso significa que quiero estar con ustedes.

Por los días en que yo no confío en mí, pero confío en ustedes y ustedes en mí.

Siempre, Gracias.

1 comment:

Claudia García said...

Pienso en lo que escribiste, en lo de antes y en lo de esa noche y me resulta increíble pensar que han pasado casi 10 años desde esas primeras papas en La Aceituna. Quien hubiera pensado en ese tiempo que una experiencia igual de excitante y finita (como casi todo aparentemente) me llevaría nuevamente a esa misma calle tantos años después; en busca de lo mismo: paz, aunque antes era un compromiso protocolario y ahora era solo para sentirla en mi corazón.
Lo cierto es que yo entonces si imaginaba (quizás solo lo deseaba con mucha, mucha fuerza) que esto nos iba a pasar...el tiempo, la vida, las compañías, los amores, los desamores, los trabajos, los desempleos, las aventuras y desventuras y al final del día íbamos a volver a vernos e iba a parecer como si el tiempo se hubiera detenido. Seriamos inmensamente distintos a los niños que jugaban a controlar naciones... pero seria la misma vicky, paco y yayin de siempre. No estoy segura si extraño o no los tiempos en los que no teníamos credencial de elector….entonces parecía más sencillo decidir el destino de un país de lo que ahora parece decidir el de nuestras propias vidas...
Comparto, es cierto, el sentimiento de que con ustedes puedo ser mi mas auténtica (y no necesariamente mejor) versión de mi… con miedos, con inseguridades, con desconfianza. Que bueno que a pesar del tiempo, la distancia y los caminos que a veces han sido distintos, siempre hemos recordado el que nos lleva “de regreso a casa” y donde encontraremos las respuestas a las preguntas que nos inquietan.

LOS QUIERO G2+1
Yayin