Hoy te llevo en la piel. O mi piel te quiere a ti, te busca.
Siempre te llevo en el corazón y me acompañas en la mente.
Hoy te quiero todo.
Muchas palabras van y vienen, se forman de una manera y se vuelven a acomodar.
Quieren decir mucho, pero la piel siente más y el corazón late fuerte.
Te extraño. Te acabo de ver, aún así, te extraño.
Quiero detener el tiempo y estar en tus brazos, con un beso en la frente y olerte y sentir tu calor y descansar ahí.
Quiero detener el ir y venir, la oficina, los pendientes, los asuntos, las llamadas, los compromisos, los demás.
Te quiero a ti. Te quiero a ti conmigo y en mí. Tocándome, llegándome, acariciándome, entrándome, dándome, quedándote.
Nos quiero a los dos, juntos.
Quiero tu sonrisa, y la mía, y la ilusión en la mirada, y la emoción en el pecho y la pasión en el sexo.
Quiero el hoy y el mañana, y hasta un siempre.
Quiero planes y sorpresas y rutinas y momentos espontáneos.
Quiero el mundo para nosotros y te doy mi corazón.