Me gusta tu voz, así, con sus tonos dulces y sus acentos rasposos.
No sólo me gusta, creo que la admiro.
Admiro tu voz porque es tu reflejo y muestra tu escencia. Lo digo porque la voz esa tuya sale del corazón, se nutre en tu sangre y llega hasta mi alma.
Creo que lo que más me gusta de tu voz es el subir y bajar de sentimientos, el ir y venir de ideas, de reclamos, de denuncias y matices de ilusiones, luchas, ideales y propósitos.
Tu voz significa la palabra del compromiso, la voluntad, los logros y el aprendizaje de tu vida, tu voz eres tu.
Amo tu voz por su congruencia, su templanza y su entereza.
Escucho tu voz en el viento, vivo tu piel en un abrazo y pienso en tu sonrisa como el sol.
Tu voz me hace pensarte, creerte y quererte.