eres.

Además de tus horas de palabras y sonrisas, de caricias y canciones… que me envuelven, me ilusionan, me suspiran, me entregan… eres tú ese alguien en la vida que hoy y antes … y por mucho, en definitiva, es … mi persona favorita.

Las sillas preciosas, yo enamorada.

Las sillas preciosas (aún cuando son poco confortables), la gente con sus atuendos de super moda, acompañados de una pose y actitud como si cada uno fuera un personaje inigualable e inalcanzable del jet set internacional (aunque unos estuvieran muy lejos de incluso conocer el concepto), el entorno conformado de música; de ésa que uno que no esta muy enterado de los géneros no podría definir, pero que mezcla gustos, ritmos y sabores que permiten sea disfrutada por muchos, entre ellos, nosotros, los que no podemos saber su género o categoría en la industria musical. Además, rodeada … con pinturas, fotos y arreglos florales, que se combinan con luces tenues e intensas del encantador lugar de té en donde me encuentro disfrutando una muy buena charla con una excelente amiga … y de repente, en el instante que me doy para sentir todo el ambiente, y darme cuenta del momento … en ese abrir y cerrar de ojos en que uno se “hace” de una memoria… una memoria que hoy describo aquí sólo para decir que justo ahí, me di cuenta, de las frases, sonrisas, parpadeos, historias, comentarios y suspiros interminables en que me sumergía mientras hablaba con mi amiga … y le contaba … de ti.

Me encontré hablando de ti, con tu sonrisa, tus palabras, tu ilusión, tu sensatez, tu cariño, tan simple, así, sin más. Tu voz y canciones y tus besos, tu bailar, conmigo .. y de mis palabras … cualquiera y cada mujer podría enamorarse de ti… entonces me enteré que yo ya estaba enamorada.