He conseguido un nuevo amigo, lo hemos acordado así. Alguna vez fue un gran amor, otras un pésimo amor, en fin, fue un amor, así como sustantivo, con un fue antes, entonces en pasado.
El amor como sentimiento, me queda claro que no se fue, y no se fue porque se siente, aunque no se toca, y lo disimulamos, o nos lo tragamos, o bueno sí, sí, a veces lo mostramos (que no lo demostramos porque no es intencional, solo lo mostramos porque se nos sale en los ojos, en la sonrisa o en el ritmo con el que palpita el corazón).
[Nota al párrafo: no sé por qué terminé escribiendo en plural si estaba hablando de mí, creo que inferí que hay más gente que le pasa igual, tal vez alguien que me lee.]
Y en términos dramáticos diría… “… que no cabe en mi pecho, que me cala los huesos, que se ahoga en este mar de dolor… que me quema la carne y que me hierve la sangre… que me esta partiendo en dos la razón…”
Y en términos propios y lindos diría… mmm… remítanse a lo titulado: ¿Una Nueva Amistad?
Pero no, el sentimiento hoy no es igual. Hoy quiero conocerle, y quiero olvidarle.
Y como no puedo desaparecer el sentimiento (quien tenga trato conmigo dirá: ¡No! ¡No puedes! ¡Ya se ve que no!) Entonces, he optado por transformarlo.
Transformaré el deseo por amabilidad.
Transformaré la necesidad por disponibilidad para el consejo, el diálogo, el apoyo.
Transformaré un beso por una sonrisa.
Transformaré un abrazo … por otro abrazo.
Transformaré una ilusión … no no, ya no hablemos de ilusión, mejor hablemos de fe en mí y en el otro para construir en respeto y dedicación lo que estoy apostando será una buena amistad.
Transformaré la visión de un mismo camino por un bosque en dónde habremos de vivir, descubrir y avanzar, y en el que hemos marcado árboles para reunirnos, cuidarnos, contarnos los descubrimientos, darnos aliento y una patadita para seguir caminando.
Transformaré mi berrinche por una buena plática.
Transformaré un reclamo por una pregunta que diga: ¿Cómo te sientes? ¿Need anything? ¿Tú cómo vas?
Transformaré mi amor vulnerable, alocado, inestable, exigente, caprichoso, apasionado (ése que dejamos ir) por mi amor dedicado, paciente, dulce, franco, respetuoso e incondicional que se merece quien se convierte en mi amigo.